4 de agosto, 2020
Además de sus estudios en el área de la educación y sus actividades de investigación, ha tenido una amplia experiencia como profesor de Inglés en diversos niveles formativos y ha cumplido diversas funciones de gestión y docencia. Para Miguel Ángel Cordero los espacios de intercambio de experiencias y comunicación —como esta conversación— resultan especialmente valiosos como instancias de aprendizaje.
En los últimos meses se ha producido un giro hacia lo virtual en la educación superior, pero en el ámbito de las movilidades podríamos encontrarnos con algunos obstáculos para hacer ese movimiento: necesidad de actualizaciones tecnológicas o institucionales, o de capacidades pedagógicas, por ejemplo. Desde tu área de trabajo, ¿cómo ves la preparación de los equipos docentes y de gestión de UCLA para desarrollar la movilidad virtual?
En estos momentos la universidad se está enfrentando a una serie de obstáculos adicionales a los que usualmente se tiene en las universidades del mundo. Entre estas dificultades tenemos: cortes diarios de suministro eléctrico, deficiencia en los servicios de conectividad y un parte significativa de la población sin acceso a dispositivos digitales —como computadores, laptops, teléfonos inteligentes— que le permitan conectarse. Por otra parte, el presupuesto aprobado es inferior al 1% de lo calculado para su funcionamiento. En este momento tenemos dificultades para mantener activos los servidores de la universidad, debido precisamente a esta falta de recursos que permitirían hacer las reparaciones, el mantenimiento y la actualización de los equipos en forma oportuna.
En lo académico, la Dirección de Educación a Distancia de la UCLA está capacitando a los docentes con herramientas virtuales para que trasladen sus asignaturas a la modalidad a distancia. Se está haciendo con las asignaturas o unidades curriculares que lo permiten: los teóricos, por el momento. Este cambio ya se venía realizando, en medio de las dificultades ya mencionadas, y la pandemia, simplemente aceleró la necesidad de desarrollar los programas académicos a distancia.
Ante este panorama, en el ámbito de la movilidad virtual no estamos en capacidad técnica de ofrecer cupos ni postular estudiantes mientras a lo interno no regularicemos las condiciones mínimas para el desarrollo de los programas a distancia. Con esto no se está cerrando la puerta a las oportunidades que se puedan presentar. Nos estamos moviendo en el área del conectivismo, como diría George Siemens. Una característica del conectivismo es el caos, que nos obliga a manejarnos en la incertidumbre, y esto forma parte de las transformaciones que se debe hacer.
A través de la movilidad virtual los alumnos entran en contacto con otros alumnos y profesores y conocen otros entornos digitales, intercambiando experiencias y reforzando sus competencias TIC. Pero una característica de la movilidad física es el contacto directo con estudiantes y docentes de otras culturas e instituciones. ¿Cómo podríamos rescatar el valor de la inmersión en un nuevo panorama de movilidades?
Ciertamente, el intercambio de experiencias y el reforzamiento de las competencias TIC es algo importante y valioso hoy en día. Pero el contacto personal, ese roce de interactuar con otro ser humano, no puede ser sustituido por un entorno virtual. Se puede aproximar, dadas las circunstancias; es lo que tenemos por el momento. Le devuelvo la interrogante: ¿cómo podríamos rescatar el valor de la inmersión? Por supuesto no nos vamos a quedar con los brazos cruzados esperando que las soluciones nos caigan del cielo. Veo que estamos en el mismo dilema: sigamos pensando, comunicándonos y compartiendo experiencias.
Para nosotros, en Venezuela, en primer lugar es un asunto de supervivencia. Estamos haciéndonos resilientes, animándonos unos a otros a fortalecer la esperanza. La universidad tiene un rol, un protagonismo, y muchos estamos conscientes de ello: la formación de un ser humano, un profesional integral, de una persona productiva, asertiva, equilibrada y culta es, en parte, el camino para salir adelante. La responsabilidad y los retos son grandes.
¿Qué relevancia tiene la movilidad para los estudiantes de la UCLA? ¿Cuál consideras que es el principal aporte de los programas de movilidad a su experiencia pedagógica?
Es muy relevante. La movilidad permite conocer otra cultura organizacional, académica, social, y así ocurre con todas las áreas del ser humano. Conocer otras perspectivas de vida, otras visiones de cómo afrontar los retos; colocarse los lentes epistemológicos de la gente de otras latitudes no tiene precio. Lamentablemente, hay que atender primero lo urgente y luego a lo importante. En Venezuela, en este momento lo urgente es sobrevivir. No estoy siendo negativo: tenemos una realidad que no podemos negar, pero eso no nos detiene en intentar llevar adelante los proyectos educativos de la universidad. Estamos navegando en una tormenta mundial y local, y en la medida que vayamos estabilizándonos podremos considerar, responsablemente, retomar la movilidad estudiantil entre otras políticas internacionales.
Algunas acciones en desarrollo en la UCLA
- En el Consejo Universitario se aprobaron medidas transitorias para trabajar a distancia, además de aprobar reglamentaciones que aporten el basamento legal para el abordaje de la educación a distancia cuando la mayoría de carreras o programas administrados en la UCLA se aprobaron a nivel de las instancias competentes en modalidad presencial.
- Se les consultó a los directores de programas para que junto a sus docentes elaboren programas en modalidad virtual tanto para el desarrollo de las actividades de la UCLA como para ofertar a otros interesados.
- Los semestres que se habían iniciado presencialmente se están terminando en modalidad a distancia, incluyendo las defensas de trabajos de grado a distancia.
- En algunos decanatos (facultades), se están programando cursos intensivos en la modalidad a distancia con las asignaturas que lo permitan por su naturaleza teórica.