8 de noviembre, 2023
Entre los días 1 y 3 de octubre se realizó la 17ª Reunión anual de Vicerrectores de Administración y Finanzas en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. Los temas centrales de la reunión fueron los modelos de financiamiento, y la transformación digital.
Justamente sobre esa temática versó la conferencia inaugural, titulada “Tendencias de transformación digital y su impacto en las universidades” y que fue dictada por Carles Abarca, Vicepresidente de Transformación Digital del Tec de Monterrey. “Les voy a dar en esta sesión algunas ideas sobre dónde están las oportunidades de transformación digital en la educación superior, y además voy a hacer un foco especial sobre la tecnología de la que todo el mundo habla, que es la inteligencia artificial, en concreto su variante generativa. Básicamente porque entre todas las posibilidades de transformación digital, ésta es de largo la que ofrece posibilidades más interesantes para la educación”, sostuvo.
La presentación incluyó cuatro secciones, comenzando con los retos de la transformación digital en la educación superior. La segunda sección estuvo dedicada fundamentalmente a la inteligencia artificial generativa, mientras que la tercera parte propuso algunas oportunidades para la educación superior. Por último, dio luces sobre qué se está haciendo en el Tec de Monterrey.
La tecnología desempeña un papel fundamental en la educación superior en diversos ámbitos. En primer lugar, en la gestión operativa de una universidad, se utiliza para automatizar procesos como nómina, finanzas y pagos, con el objetivo de reducir la dependencia de tareas manuales. Además, se busca mejorar la calidad de atención a usuarios, que incluyen estudiantes, colaboradores, profesores y otros miembros de la comunidad educativa. También se enfoca en la gestión de eventos en tiempo real, lo cual implica la capacidad de responder de manera inmediata a situaciones.
En el ámbito de la gestión académica, la tecnología se emplea para diseñar programas académicos, organizar y programar grupos de estudiantes, gestionar la normativa académica y atraer a docentes. Esto permite que estas actividades se realicen de manera eficiente y con un alto nivel de velocidad en la gestión.
La tecnología apoya al personal docente en actividades como la preparación, gestión académica y evaluación de exámenes, lo que contribuye a hacer su actividad diaria más productiva. Además, se utiliza para facilitar el aprendizaje de los estudiantes a través de herramientas digitales, preparándolos para un mundo en el que el uso de tecnología, como la inteligencia artificial, será generalizado. “Es prácticamente imposible en el momento en el que estamos hablar de enseñanza y aprendizaje si no somos capaces de generar contenidos digitales de calidad, no solo para la actividad de enseñanza online, sino también para el apoyo de la enseñanza que se produce en los salones”, destacó Abarca.
Por último, en el ámbito de la investigación, la tecnología juega un papel crucial. La mayoría de los investigadores necesitan acceso a datos, lo que implica la necesidad de tecnología para almacenar y procesar grandes volúmenes de información. ”Los investigadores en general para esto han requerido herramientas tecnológicas que no son las habituales en nuestras instituciones universitarias y por lo tanto nos lleva a disponibilizar entornos donde sea posible liberar ese tipo de herramientas que necesitan los investigadores para sus casos específicos”, señaló. También es esencial contar con tecnología de colaboración para facilitar la cooperación entre equipos de investigación, ya sea dentro de la institución o en colaboración con otras instituciones.
Y destacó un elemento esencial: el manejo de la información. “Y he dejado para el final, no porque sea el menos importante, sino probablemente el que más condiciona el éxito de todos los anteriores, y es contar con tecnología de calidad para catalogar nuestras fuentes de datos, para establecer un gobierno de datos de calidad. En transformación digital el bien más preciado es el dato”, puntualizó Abarca.
La conversación sobre la inteligencia artificial se dio en el contexto de la 17ª Reunión anual de Vicerrectores de Administración y Finanzas en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey.
La inteligencia artificial en educación superior
A continuación, el experto se refirió a la inteligencia artificial. La IA es una rama de las tecnologías de la información que busca desarrollar algoritmos capaces de llevar a cabo actividades que antes se consideraban exclusivas de la capacidad intelectual humana. Existen varias categorías de IA, entre ellas el procesamiento de lenguaje natural (NLP), que ha experimentado avances significativos en los últimos años y se utiliza en aplicaciones como asistentes virtuales. Otra categoría es la visión artificial, que permite capturar imágenes e interpretarlas en tiempo real, siendo crucial en áreas como la producción y el control de calidad. Además, la robótica también se beneficia del desarrollo de la IA.
Abarca destacó dos familias de tecnologías que han desempeñado un papel destacado en la explosión reciente de la IA: el aprendizaje automático (Machine Learning) y las redes neuronales. A través de algoritmos y el condicionamiento de redes neuronales, es posible entrenar modelos de IA para que se comporten de manera inteligente al recibir grandes cantidades de datos. La combinación de estas dos familias ha dado lugar al fenómeno de la Inteligencia Artificial Generativa (GNI).
“La GNI está revolucionando el mundo. Básicamente porque por primera vez, utilizando este tipo de aproximación tenemos servicios como ChatGPP que entienden nuestro lenguaje y son capaces de construir respuestas con características de los seres humanos, en el sentido que están bien formuladas, que dominan el lenguaje, que trascienden incluso la barrera de los idiomas, son capaces de generar contenido original, no solo de repetir cosas, sino a partir del entrenamiento que han recibido proponer contenidos originales nuevos. En transformación digital nos hemos pasado un montón de años intentando que nuestros usuarios aprendieran el lenguaje de las máquinas, intentando que nuestros usuarios se relacionen con formularios digitales, con herramientas digitales, y resulta que la revolución viene en un momento en que las máquinas y los algoritmos pasan a ser capaces de hablar el lenguaje de las personas”, señaló.
El impacto que se espera de la inteligencia artificial es enorme. Estudios indican que la inteligencia artificial va a disparar la productividad y que uno de los sectores donde va a tener más injerencia es el de la educación. “Uno de los sectores, el que más potencial tiene para automatizar, para integrar el potencial de la inteligencia artificial, es el de la educación y el entrenamiento. El potencial está en torno a un 60% y un 70% del tiempo que dedican nuestros colaboradores a sus actividades. Por lo tanto, imagínense todo el trabajo que nos queda para aprovechar”, destacó.
¿Y cuáles son esas oportunidades? En resumen, la IA presenta oportunidades para la educación en áreas como la automatización de tareas, mejora de la experiencia del estudiante, desarrollo de tutores artificiales, toma de decisiones basadas en datos y optimización de procesos diversos.
Pero también presenta enormes desafíos. “Estas tecnologías tienen posibilidades enormes, pero nos sitúan ante un reto de responsabilidad importantísimo, porque cada vez que mecanicemos un proceso y eliminemos en todo o en parte la componente de decisión humana, vemos el riesgo de que esos procesos automatizados introduzcan sesgos o no contemplen, no tengan en cuenta, determinadas consideraciones éticas. Es fundamental entrenar a estos modos digitales con datos que no estén sesgados. Es fundamental tener una buena política de privacidad de datos, porque para entrenar modelos vamos a manejar grandes volúmenes de datos que tienen que estar debidamente custodiados. Y hay un gran reto que es la trazabilidad de las decisiones. Los modelos de inteligencia artificial que se basan en entrenar modelos neuronales antagonistas no son fáciles de descifrar. El resultado es maravilloso, pero no sabemos explicar qué es lo que ha ocurrido dentro del modelo de inteligencia artificial para producir ese resultado. Entonces hay que tomar acciones en la descripción de los propios modelos que nos permitan identificar qué proceso se ha seguido para generar un resultado”, concluyó Carles Abarca.