23 de septiembre, 2019
Realizar importantes estudios que permitan conocer cuál es el verdadero rol e importancia que juegan las “costras biológicas del suelo”, en relación a las distintas especies que habitan las zonas más áridas del planeta como el Desierto de Atacama y suelos más aislados y extremos como la Antártica, es el objetivo de un pionero estudio en nuestro país, liderado y desarrollado por la investigadora Andrea Barrera Valenzuela, estudiante de Tercer Año del Doctorado en Ciencias, mención Ingeniería Genética Vegetal de la Universidad de Talca.
La importancia del estudio sobre las Costras es que su capacidad de retención de agua puede ser la respuesta a épocas de sequias y sustentabilidad a suelos agrícolas con deficiencia hídrica dada por el nuevo escenario del cambio climático.
El estudio que realiza Andrea Barrera, busca en una primera instancia, saber cuál es la comunidad microbiana existente en suelo nacional. Actualmente se sabe que hay 3 grandes tipos, que están dominadas por cianobacterias que son potentes fertilizantes naturales, otras que son dominadas por líquenes y un tercer tipo dominada por musgo, tipos que varían según la edad que tenga de formación de la Costra.
En una segunda instancia se buscará entender cuál es la contribución al suelo y la vegetación que existe a su alrededor y, por último, saber qué tipo de molécula es la que liberan estas comunidades microbianas.
Barrera, explicó las metas principales de su trabajo de doctorado. ”De conocer el funcionamiento y composición podríamos llegar a desarrollar y diseñar costras artificiales que sirvan a los agricultores de todo nuestro país para aumentar la producción de sus cosechas”.
Los ecosistemas áridos constituyen uno de los biomas terrestres más extensos, cubriendo más de un tercio de la superficie continental de la tierra. Estos ambientes, principalmente los organismos que en ellos se desarrollan, son interesantes modelos de estudio basados en posibles estrategias que les permiten sobrevivir frente a condiciones ambientales adversas. Ejemplos de ecosistemas áridos son el desierto de Atacama y la Antártica, considerados dentro de los hábitats naturales más extremos de la tierra, especialmente para el desarrollo de plantas terrestres.
La profesional destacó la trascendencia que ha tenido el particular estudio. “Ha sido un proyecto muy bien acogido, reconocido como innovador y que claramente puede causar un real impacto en la posteridad. Las respuestas que saquemos de este estudio podrán ayudar a entender el funcionamiento de la vegetación existente en estos terrenos áridos. Hay que tener en cuenta que estas costras cubren el 80 % de los desiertos, que a su vez abarcan el 40% del territorio del planeta”.
Los resultados obtenidos permitirán determinar la contribución de las CBS sobre flora nativa en ambientes extremos, su implicancia bajo un escenario de cambio climático y los mecanismos que subyacen a esta interacción.
Fuente: Universidad de Talca.