16 de Junio, 2023
Querido Raúl, estimada Sra. Silvia.
Queridos Fernando, Magdalena, Maximiano, José Tomás, Matías y Joaquín.
Estimados familiares de María José, amigas y amigos que hoy nos acompañan:
Ha fallecido nuestra querida amiga, colega, María José Lemaitre del Campo, académica, ex - Directora Ejecutiva del Centro Interuniversitario de Desarrollo, CINDA.
En nombre del equipo de trabajo de CINDA, que dirigiera por más de una década, quisiera expresar nuestros más sinceros sentimientos de afecto y pesar a la familia de María José, por la sensible partida de esta gran académica y destacada constructora de los fundamentos centrales del sistema de educación superior de nuestro país. Una profesional unánimemente reconocida por su brillante desempeño profesional consecuente al servicio de la educación.
Me dirijo a Uds. refugiado en el dolor y la tristeza de quienes fuimos sus amigos y colaboradores. Ronda en nuestra mente su simpatía y cercanía; también el recuerdo de innumerables vivencias junto a María José y el haber compartido estrechamente con una destacada académica e intelectual, inspiradora de muchos logros que hoy, no sólo las universidades de nuestro país, sino que también de toda Latinoamérica pueden exhibir.
Demorándome en el recuerdo, conocí a María José hace ya unos 45 - 50 años en un contexto muy diferente al de nuestros días, en alguno de los innumerables encuentros y talleres realizados en el entonces CPU, Centro de Promoción Universitaria, dirigido por Jaime Lavados.
Un verdadero espacio de encuentro y fraternidad donde imaginábamos una idea de futuro para nuestro país, con instituciones democráticas, con un sistema universitario centrado en el desarrollo del país.
Compartíamos un ideario humanista y muchos de nosotros tuvimos la oportunidad de ser protagonistas de lo que ayer fueron nuestros sueños de una sociedad y de un Chile mejor. Pero por sobre todo las cosas, compartíamos la idea que era posible construir un verdadero sistema de educación superior fundado en la democracia interna de sus instituciones, con una verdadera equidad de acceso y por sobre todas las cosas; un sistema fundado en la calidad y en la excelencia.
Y es precisamente esto último, el gran legado que deja María José, no sólo a las universidades de nuestro país, sino que también del amplio espacio de la educación iberoamericana. María José se convirtió en un referente mundial en los temas de aseguramiento de la calidad, ya sea a través de sus publicaciones, las conferencias internacionales que le correspondió dictar. Cursos, talleres, asesorías y tantos otros eventos académicos donde con entusiasmo compartió sus ideas y conocimiento. Un trabajo que prestigió a las instituciones donde le correspondió desempeñarse, en particular a CINDA, donde trabajó por largos años, antes con Iván Lavados y en la última década dirigiendo personalmente el Centro.
El aporte que ella realizó permeó a nuestras instituciones y también a la política pública de los distintos países, donde ella ejerció como asesora. Numerosas instituciones y destacadas autoridades del extranjero nos han hecho llegar su pesar por la partida de María José, ello da cuenta de la trascendencia de su obra.
La partida de María José es uno de esos golpes de la vida que nos duelen tanto y que nos incomodan y que nos abren una serie de interrogantes. Pero, nos alivia el hecho de que, conociendo la profundidad de su fe, sabemos que ha ido al encuentro de una vida espiritual más plena y también de su querida hija Consuelo.
Todos sabíamos lo delicado de su estado de salud; personalmente tuve la oportunidad de conversar con ella en varias oportunidades, la última hace unos 15 o 20 días. Siempre optimista, haciendo gratos recuerdos de sus colegas y de su trabajo, pero como siempre, marcando ciertas orientaciones y caminos a seguir.
Queridos familiares y amigos, estas breves palabras no son capaces de expresar lo maravilloso que fue para todos, el compartir con un mujer que desarrolló una carrera profesional y académica impecable, sorteando desafíos y un sinnúmero de dificultades. La amiga, colega y Directora Ejecutiva que hoy despedimos, fue una mujer brillante que siempre supo plantear con entusiasmo y convicción sus puntos de vista.
Estimado Raúl, hijas e hijos, familiares y amigos, despedimos hoy a una de las grandes referentes de nuestro Sistema de Educación Superior; no tenemos más honores que representar, que estas sencillas palabras y la congoja de los corazones de los que trabajamos junto a ella y estamos aquí acompañando a su familia.
Y así, querida María José, “cuando pasen los años, cuando pasen” y esta despedida dolorosa sea sólo un recuerdo en nuestras vidas, ten la seguridad que el dolor que hoy sentimos, se transformará en el consuelo y la alegría de saberte feliz dondequiera que estés. Señor nuestro, tú que has acogido su alma después de habernos permitido deleitarnos con sus grandes virtudes, entrégale consuelo y alivio a sus seres más queridos. Permítenos que esta despedida sea para todos nosotros “sólo, un hasta pronto”.

Álvaro Rojas Marín
Director Ejecutivo
Centro Interuniversitario de Desarrollo