Registro de la actividad
11 de octubre, 2021
Para el desarrollo de esta actividad contamos con la participación de expositores de tres universidades de la red CINDA, quienes compartieron con el público y con otros integrantes de la red sus experiencias en torno a la promoción de la salud y el bienestar desde perspectivas amplias y diversas.
El Programa RADAR (Red para la Atención de Adolescentes en Riesgo) de la Universidad de Los Andes (UANDES), fue presentado por su director, el doctor Francisco Bustamante. Esta iniciativa se inició el año 2009 en la región de Aysén, donde se registraba una tasa especialmente alta de suicidios de adolescentes. Para enfrentar esta problemática, RADAR creó una red que conectó a los dispositivos de salud con las comunidades escolares, desarrollando una serie de acciones con el objeto de detectar a tiempo a los adolescentes en riesgo y derivarlos a profesionales de la salud especializados. Para cumplir este objetivo se capacitó a las comunidades escolares y al personal de salud, al tiempo que desarrollaban campañas activas de detección.
Entre los resultados obtenidos por RADAR, Francisco Bustamante señala que la atención especializada a los adolescentes logró reducir su riesgo suicida en un 85% en un periodo de tres meses. «Este programa supone un cambio en el modelo de atención de salud: la atención primaria se acerca a los usuarios y trabajando en red pesquisamos la condición de riesgo suicida oportunamente», destaca. RADAR se alinea con las políticas públicas en la materia y las complementa, logrando conectar al 50% de sus beneficiarios con el sistema público de salud para recibir atención en el ámbito de otras problemáticas psicosociales.
Mediación entre iguales para la promoción de la salud
El Programa de Mediación Entre Iguales, de la Universidad de Málaga (UMA), fue presentado por Isabel Jiménez Lucena, vicerrectora de Igualdad, Diversidad y Acción Social de la universidad. Esta iniciativa fue implementada con el objeto de formar a los estudiantes como agentes de salud en su comunidad universitaria, con una metodología de mediación entre iguales y una perspectiva integral de la salud. Esta iniciativa incorpora cursos de formación en diversas materias, tales como la prevención en el consumo de drogas, la salud afectivo-sexual y la mediación en igualdad y violencia de género, entre otras. En cuanto a sus líneas de acción, el programa considera un período de formación inicial que aborda conceptos básicos de prevención en salud, habilidades sociales y promoción de la participación. Luego, cada estudiante se especializa en función de sus intereses, para continuar con el desarrollo de proyectos de intervención que se diseñan con el apoyo de tutores y se ejecutan en beneficio de la comunidad universitaria. La emergencia sanitaria obligó a la UMA a trasladar la ejecución del programa a entornos virtuales, logrando de este modo ampliar su radio de alcance, y su perspectiva futura de desarrollo. Actualmente, el programa aspira a combinar el formato presencial con el virtual para seguir desarrollando sus actividades.
La UMA se encuentra muy satisfecha de los resultados de la iniciativa: alrededor de 400 estudiantes se han formado como mediadores y mediadoras y cerca de 20.000 personas han participado en los cursos impartidos, en tanto las encuestas de evaluación han mostrado un alto grado de satisfacción con la metodología empleada y las actividades realizadas. El trabajo en red es fundamental en el desarrollo de este programa, que se integra en el plan UMA Saludable y se articula con otros servicios de la institución y con las políticas autonómicas y nacionales en la materia. Para Isabel Jiménez Lucena el objetivo de esta iniciativa es «buscar el cumplimiento del ODS 3 poniendo a disposición de la sociedad la herramienta del conocimiento».
Inclusión social a través del acceso a los alimentos
Luis Blacha, del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), presentó el proyecto I+D «El poder de la dieta: una respuesta sociológica a las desigualdades nutricionales». El objeto de estudio de esta investigación es el programa Súper Sopa –que produce un alimento de calidad, de composición balanceada y bajo costo, desarrollado desde Ingeniería en Alimentos de la UNQ– y busca diseñar un conjunto de estrategias que promuevan la inclusión social a través del acceso a una alimentación sana y nutritiva. El proyecto fue impulsado a partir de la identificación de la desigualdad nutricional en Argentina, caracterizada por una oferta alimentaria en que se combina la carencia de nutrientes con el exceso de calorías, y que opera como un mecanismo de reproducción de la pobreza.
El proyecto se inició diseñando un marco teórico que permitiera medir a largo plazo la evolución de esa desigualdad, para luego plantearse cómo mejorar el perfil nutricional de la población más vulnerable a partir de la oferta alimentaria disponible. Para alcanzar este objetivo, y considerando la presencia de las pastas secas en la dieta de los hogares vulnerables, se diseñó una salsa nutricional compuesta de frutas, tomate y legumbres para acompañar esas pastas. En la actualidad este producto está siendo testeado en las instalaciones de la UNQ, con la perspectiva de hacerlo llegar a los consumidores.
Uno de los resultados más relevantes de este proyecto es su abordaje interdisciplinar, así como la identificación de alianzas con diversos actores sociales –como los productores hortofrutícolas– para asegurar el acceso de la población a los alimentos. El apoyo institucional ha sido fundamental en el desarrollo de la experiencia. Luis Blacha destaca la importancia de la vinculación con otras redes, como CINDA. «Algo que conecta a los tres proyectos presentados es la oportunidad de trascender el espacio académico para construir soluciones que tengan impacto social. Y ese es un estímulo muy grande», afirma.
Tal como señaló María José Lemaitre, directora ejecutiva de CINDA, «estas experiencias demuestran la importancia del aporte de las universidades en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Este encuentro tiene una especial relevancia porque pone en práctica la misión de CINDA: conectar a las comunidades académicas, aprender unos de otros y abrir nuevos caminos de desarrollo académico y personal».
Las opiniones de los participantes
«Este espacio fue una experiencia de aprendizaje absolutamente enriquecedora. Compartir experiencias y visiones de cómo realizar prácticas inclusivas, creativas y activas en salud ayuda a enriquecer nuestra práctica profesional en materia de docencia, acción social e investigación. Creo que las universidades se deben comprometer en todas sus áreas sustantivas a liderar el cumplimiento de los ODS en alianza con la sociedad civil, los gobiernos y el sector privado.»
Jaime Alonso Caravaca Morera
Director Oficina de Bienestar y Salud
Universidad de Costa Rica
«Este conversatorio nos permitió conocer acciones desarrolladas desde diferentes ámbitos y que pueden replicarse en el quehacer universitario. Dado que en la Universidad Nacional de Río Negro contamos con una planta de alimentos –y la carrera de Ingeniería en Alimentos– me pareció muy interesante la experiencia de la Universidad Nacional de Quilmes.
Las universidades cumplen un rol muy importante en la promoción de los ODS, tanto en la formación en hábitos saludables y cuidado del ambiente como en el desarrollo de actividades, pasando por la alimentación sana en los campus y la adecuación de los espacios físicos, creando entornos saludables y sostenibles».
María Eugenia Mosquera
Dirección de Desarrollo Estudiantil
Universidad Nacional de Río Negro
«Este conversatorio me pareció una experiencia muy valiosa. Siempre resulta muy importante compartir las experiencias de las universidades miembros de CINDA en torno a los ODS.
El rol de las universidades es crucial en el cumplimiento de los ODS. Deben ser incorporados a los programas académicos, al trabajo de investigación y a las políticas universitarias».
Ricardo Ramírez
Decano asociado de Investigación de la Escuela de Ingeniería y Ciencias
Tecnológico de Monterrey