Antecedentes generales del proyecto

El proyecto “Transformación del proceso de aprendizaje – enseñanza – evaluación” (TAEE) es una iniciativa de la red de Vicerrectores Académicos CINDA, que busca promover la calidad de la formación y el fortalecimiento de la docencia.

Ambos son ejes claves del trabajo de la red, y se volvieron aún más cruciales en el marco de la crisis sanitaria por el COVID-19, período en el que nuestra Junta de Rectores 2020 priorizó como eje de trabajo la transformación digital de las universidades, con foco especial en la formación y la docencia. El proyecto se implementó en ese momento buscando apoyar a las universidades y promover la cooperación para hacer frente a los desafíos de la docencia remota de emergencia.

En un escenario de retorno a la presencialidad, en la actualidad la mirada está puesta en capitalizar a largo plazo los aprendizajes obtenidos de las experiencias formativas desarrolladas frente a la pandemia; pero sin dejar de lado la presencialidad como un espacio irremplazable para la formación, así como incorporar los nuevos desafíos revelados, como las brechas digitales, y los efecto en la salud mental y en los aprendizajes de las y los estudiantes.

Desde su origen, el proyecto TAEE busca desarrollar una mirada a futuro que considere al menos tres ámbitos, configurados como ecosistemas de aprendizaje: la innovación pedagógica, la innovación curricular, y el acompañamiento a estudiantes; y la tecnología como un factor clave –pero no absoluto– para la transformación del proceso de aprendizaje, enseñanza y evaluación.

En el proyecto participan 17 universidades de la red CINDA, a través de equipos locales de trabajo.

Para más información, puede consultar el resumen 2020-2023 del proyecto.

Conceptos claves que orientan el proyecto

El proyecto se sustenta a partir de un marco conceptual y metodológico, elaborado por un equipo de académicas especialistas de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL), la Universidad Católica del Uruguay y la Dirección Ejecutiva de CINDA. De este marco se destacan los siguientes conceptos claves:

  • Aprendizaje

    El proyecto concibe el aprendizaje como un proceso continuo de construcción de significado sobre la propia experiencia, que implica un cambio personal en el conocimiento mediante la conexión e integración de ideas, campos y conceptos, entre otros. Este cambio es individual, pues pone en juego capacidades personales, pero no es independiente de los contextos sociales en los que se realiza y en los que el trabajo colaborativo y activo de los aprendices es fundamental. Cada día este cambio es mediado en mayor o menor grado por las TIC, expandiendo las fronteras y escenarios tradicionales de aprendizaje, lo que supone el desafío de generar modelos curriculares que, como el de competencias, favorezcan la integración de conocimientos, habilidades y actitudes acorde a los desafíos del contexto.

  • Enseñanza

    En este proyecto, la concepción de la enseñanza asume como elemento fundamental las decisiones y prácticas de los docentes para facilitar el aprendizaje de los estudiantes; pero amplía la mirada a aquellos procesos, sistemas y herramientas que dan soporte institucional a los procesos de aprendizaje, enseñanza y evaluación en el aula.

  • Evaluación

    El proyecto asume la evaluación como una actividad cuyo propósito es, ante todo, formativo: acompañar sistemática y progresivamente el avance de procesos de aprendizaje, y permitir redireccionar esfuerzos y acciones de docentes y estudiantes para garantizar el desarrollo de competencias y equidad en las rutas de aprendizaje de todos. Además, se privilegia la evaluación auténtica, que amplía el tipo de evidencias del aprendizaje de los estudiantes, favorece un rol activo e implicado de los aprendices en la evaluación, y propende al uso de distintas modalidades o situaciones de aprendizaje de la vida real, o problemas significativos y realistas que acerquen la evaluación a los contextos y tareas que ejerce una disciplina/profesión.

  • Práctica transformadora

    Cambio que propicia la mejora de un proceso formativo introduciendo un elemento de novedad en el contexto para el que se desarrolla. La transformación no aplica solo a cambios puntuales, sino sustentables y articulados institucionalmente, escalados o con potencial de serlo. Por tanto, implican más que la implementación piloto de una nueva técnica o instrumento pedagógico de forma aislada: aplican a un proceso sistemático de cambio superando la práctica individual. Se trata de generar, difundir y expandir una mentalidad y cultura institucional abierta a las transformaciones sustantivas con fundamento, sustentadas en la evaluación y la reflexión en la comunidad docente.