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12 de Agosto, 2022

En los últimos meses la Comunidad de Aprendizaje del Proyecto de Transformación del Proceso de Aprendizaje, Enseñanza y Evaluación (TAEE), se ha reunido en dos ocasiones para planificar, debatir y acordar el desarrollo del trabajo del año, y reflexionar en torno a experiencias innovadoras de los equipos locales.

El proyecto TAEE busca promover la transformación de los procesos formativos para responder de una manera innovadora a los desafíos de la docencia universitaria, intercambiando buenas prácticas y creando redes de trabajo conjunto entre las universidades de la red CINDA. Este trabajo se expresa en la Comunidad de Aprendizaje, que reúne a directivos, académicos y gestores para trabajar colaborativamente en estos objetivos.

El día 26 de mayo la Comunidad de Aprendizaje se reunió con el propósito de producir un espacio de reflexión conjunta y definir los principales énfasis de las actividades futuras. La evaluación realizada en 2021 estableció como aspectos claves a considerar durante este año fortalecer la reflexión y visibilizar el hilo conductor que articula las diferentes sesiones. La comunidad decidió que si bien la contingencia cumplirá un rol relevante en la discusión –fuertemente marcada por el regreso a la presencialidad de las universidades– se buscará conservar también los aspectos más conceptuales y teóricos del trabajo. Así mismo, se resolvió darle más dinamismo a las sesiones y promover la participación y el debate en los encuentros, con el objeto de que esa reflexión compartida produzca nuevas preguntas y desafíos. También se acordó un calendario de reuniones y se definieron algunos aspectos específicos respecto de la preparación y conducción de las reuniones siguientes.

El eje articulador del trabajo de este año girará en torno a la pregunta «Considerando la experiencia de los dos años de pandemia y respecto del retorno a la presencialidad, ¿qué no puede volver a ser igual?». A partir de esta pregunta, se abordarán también algunas dimensiones más específicas del actual escenario, como la evaluación de los aprendizajes, la salud mental de estudiantes y docentes y la definición de innovación en el contexto de la educación superior.

Al respecto, Carla Förster, directora de Evaluación y Calidad de Pregrado de la Universidad de Talca, destacó la importancia de «generar propuestas desde la Comunidad de Aprendizaje que se orienten a llevar a nuestras universidades a una docencia post pandemia, yendo más allá de si los estudiantes están en el aula o no. Cambiamos como sociedades, y no podemos volver a lo mismo. Debiéramos rescatar eso», concluyó.

 

Universidad de Lima: transformando el modelo de evaluación

La Comunidad de Aprendizaje volvió a encontrarse el pasado 21 de julio, en una sesión destinada a presentar el Nuevo sistema de evaluación y la metodología IATC, de la Universidad de Lima (ULIMA). A cargo de la exposición estuvieron Galia Cochella y Cristina Abarca, del área de Calidad Docente de la Oficina de innovación y calidad educativa de la universidad.

En el contexto de la implementación en ULIMA de un modelo educativo por competencias, el sistema de evaluación de los aprendizajes en el pregrado de la universidad ha sido objeto de una evolución progresiva. En 2020, y con la finalidad de reforzar la adquisición de aprendizajes significativos, la universidad procedió a implementar un sistema de evaluación auténtica, midiendo las competencias del alumno enfrentándolo a casos de la vida real y conservando algunos rasgos de evaluación tradicional. Al poner en práctica esta nueva modalidad, a su vez, se detectó que las evaluaciones mostraban algunas dificultades importantes, como su acumulación en algunos momentos del semestre y la concentración en pocas evaluaciones de una alta proporción de la calificación de la asignatura.

Para dar respuesta a estos problemas, al iniciar el año 2022 se puso en práctica un sistema de evaluación continua, consistente en dos procesos evaluativos de 7 semanas cada uno, reservando una semana para actividades extraacadémicas y otra al final del ciclo, dedicada a la retroalimentación del proceso de aprendizaje y al cierre del curso.

Además, se definieron tres tipos de asignatura, las teóricas o teórico-prácticas, los seminarios de investigación y los talleres, cada uno de ellos asociado a un sistema de evaluación propio. Por otro lado, se diseñó un catálogo de formas específicas de evaluación, de manera que cada docente pueda escoger la más adecuada para su asignatura.

Además de estos cambios en el sistema de evaluación, la Universidad de Lima introdujo también una nueva metodología de enseñanza, denominada IATC. Esta sigla corresponde a los cuatro momentos de este método pedagógico, que se implementa idealmente como un plan de clases semanal: impacto –el momento en que se desarrollan actividades motivadoras–, adquisición del aprendizaje –en que se implementan estrategias en función de los objetivos–, transferencia de lo aprendido –en que se desarrollan actividades prácticas significativas– y cierre del aprendizaje, momento en que se reflexiona acerca del logro de los objetivos con la participación de los estudiantes.

Si bien algunas carreras y facultades ya están implementando estas innovaciones, el objetivo del área de Calidad Docente de ULIMA es el de aplicarlas en toda la universidad. Este proceso de implementación supone sensibilizar y comprometer a los docentes con estas transformaciones, lo que requiere –como en todo proceso de cambio– vencer resistencias, ofrecer capacitación a los académicos y desarrollar procesos de supervisión y corrección del nuevo sistema de evaluación y de la metodología IATC.

Luego de la exposición del equipo de la Universidad de Lima se produjo un interesante intercambio de ideas entre los asistentes, en que se discutieron asuntos como la implementación de estas innovaciones, el acompañamiento a los docentes, los retos que surgen respecto de la libertad de cátedra y de las resistencias entre los docentes. Sandra Romero, directora del Centro para el Aprendizaje, la Enseñanza y la Evaluación (CAE+E) de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, agradeció la presentación y el diálogo posteriores. «A partir de la pandemia creo que los profesores y los estudiantes desarrollaron nuevas formas de encontrarse, y han aprendido a manejar la incertidumbre desde diversos lugares y escenarios. Debiéramos seguir pensando en nuevas formas de trabajo sin volver a los esquemas convencionales, y eso es muy desafiante».